sábado, 16 de agosto de 2008

Voces

Cuando se oye su voz desde lo lejos, acudo sin pensar, frenética, silenciosa pero con pasos sonantes, redundantes diría yo, sulfurándome de pensar que sólo oigo sus palabras en la marabunta de personas que me rodean, como si tuviera un oído fino para oirlo, como si fuera capaz de discriminar el tono y la tesitura entre tal barullo. ¡Qué cierto es que nos fijamos especialmente en los que amamos, como si la sintonía que se estableciera entre nosotros fuera un vínculo invisible y potente!

No hay comentarios: