jueves, 25 de septiembre de 2008

Un parón laboral...

¡Cuando no se puede reclamar nada, qué verdad es que no tiene sentido hacerlo! Hoy, sentada en el trabajo en un momento extrañísimo de inactividad, pensaba que estamos continuamente reclamando afectos, palabras, respuestas, caricias, recomendaciones, hasta silencios y que nos empeñamos tanto en recibirlos que no vemos que se nos va el tiempo esperando. Quizás es mejor coger la vida por los cuernos, no reclamar nada y salir corriendo si vemos que nos estamos atosigando: sonreír, pensar en una misma y procurarme bienestar es la única reclamación que surtirá efecto porque depende exclusivamente de mí. En fin, una neura como otra cualquiera, después de ella, seguí con la estresante rutina del trabajo.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Preguntas

¿Por qué nos empeñamos en querer tanto a veces? ¿Por qué sentimos que se nos va la vida cuando alguien desaparece literal o virtualmente de nuestro entorno?¿Por qué nos sentimos tan vacíos cuando se va, aunque sólo sea por horas? ¿Hasta cuándo tenemos que amar lo que no podremos nunca tener?¿Por qué deseamos imposibles si los posibles están sentados junto a nosotros? ¿Acaso amar es eso?¿O es deseo únicamente? ¿De dónde parten los sentimientos encontrados? ¿Quizás de la incongruencia que a veces se siente cuando vivimos? ¿Esto es a lo que estamos abocados?¿Hay otras opciones y no las vemos o no las queremos ver?

martes, 23 de septiembre de 2008

Quien mucho abarca...

Dice el refranero popular que "Quien mucho abarca, poco aprieta" y esto parece ser que es una tónica general en el ser humano, igual es que nació este dicho para personas que, como yo, quiere abrazar el mundo y sólo abraza un dedo de él ( y si llega), pensando que todo puede ser hecho, que todo puede ser solucionado, que, a vista de pájaro, es más difícil torear un problema que dejarlo acallado, aunque en el fondo, no se trata de uno solo sino de mil; están ahí, expectantes, dando empujones para que los asumas y los trabajes hasta limarlos y convertirlos en un canto rodado.
La solución es quizás cogerlos uno a uno, limpiarles el polvo, mimarlos y guardarlos, acariciarlos, solucionarlos ( no le doy más vueltas) e ir a por el otro, luego otro y otro...
Abarcaré lo que me quepa en las manos.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Nada.

Hoy no siento nada. Esta mañana me levanté con el cuerpo ausente, como ido de este mundo, no sentía ni dolor, ni frío, ni nada , salvo vacío. Pensé que era de cansancio o de hastío, pero he descubierto que es puro y simple agotamiento de sentir demasiado. Hoy no quiero que se me erice la piel, ni que el corazón bombee a gusto, ni siquiera que me hablen palabras tiernas o susurros, no quiero que me toquen porque el tacto de los dedos es una simple presión, ni que me respiren cerca, nada.
Sólo quiero sentarme y esperar que todo esto pase.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Sin palabras

"Una partida que jugué tan fuerte
que ahora es la vida la que esta partida.
Una pared siempre que quiero verte,
y ahora estoy pa bajo y ahora estoy pa arriba.
Todas las cosas que al mar tiramos nos la devuelve siempre la marea
cuando mas tratas de olvidarlo con mas fuerza lo recuerdas..."
( Fito y Fitipaldis)
Hay veces en que alguien escribe lo que sientes... En este caso, sin palabras....

martes, 9 de septiembre de 2008

Adiós

Adiós, le dijo,
mirándole a los ojos dulcemente,
adiós,
por los días azulados
por las sonrisas gratuitas
por las noches de charla
por los pasos que diste
por los susurros que me regalaste
por hacerme sentir que merezco un mundo.

Adiós, le dijo,
a tus palabras resonantes
a tus mullidos consuelos
a tus escarpadas ilusiones
que también fueron las mías
a tu infinita ternura
a tu vida
a la mía.

Adiós, le dije
adiós.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Sin Sentidos

¡Qué difícil es pensar en una misma cuando se comparten con los demás momentos inolvidables! Reflexionar acerca de cómo se desarrolla la vida de los demás cuando la tuya está unida ineludiblemente a la de ellos, decidir una respuesta que no les una a ti, aunque sea la que esperas oír de tus labios, morderte continuamente para no contestar que lo que van a hacer no es lo que tú harías porque sabes que entonces sí que permanecerás unida de una u otra forma. No quiero que sucedan cosas, pero mi destino no es el de ellos. Estamos en este mundo para convivir y espero que no para repartir partes de nuestro corazón por todos ellos.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Ave fénix

Hoy me siento como el ave fénix, aquélla que resurgió para volver a vivir otra vida, quizás parecida a la anterior, pero llena de nuevas sensaciones. En esta existencia por estrenar, no siento el calor agobiante que hizo hervir mi cuerpo, el que quemó mis ilusiones y le quitó sentido a la rutina que practicaba, sino que fue como abrir una ventana a cosas nuevas, a experiencias distintas, en definitiva, acercarme al que parecía un barranco en mi vida y descubrir que era sólo un pequeño escalón que daba entrada a un lugar suave y cálido que aún no conocía.
Me quemé, sí, pero hoy espero renacer entre mis propias cenizas.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Pensamientos marinos

Debo tomar un nuevo rumbo, caminar a puerto seguro, dejar de vagar entre el oleaje tormentoso para aparcar mi vida y encontrar un amarre que me mantenga atada a algo que no seas tú. Porque cuando me bamboleo con la suavidad de la marea, llegas y provocas olas que inundan mi interior, y no puedo achicarme, cada vez bajando más y achicando menos y me sumo en tu ritmo, en tus pasos, en tu vida.
Hace días que me solté, que nadé sin remos a la orilla buscando resuello para mi corazón palpitante y exacerbado y cuando me tumbé boca arriba buscando tranquilidad para una pasión que se me iba de las manos, con los ojos cerrados, respirando el calorcillo del sol de la mañana, siento que tu mano agarra la mía, más bien la posee a la fuerza, me sonríe, tira de mí y vuelve a llevarme a un mar oscuro y tortuoso, el mar oscuro y tortuoso que provocas en mí.
Lucho por soltarme, por volver a la tierra parada y seca ... Y sin embargo, sólo quiero dejarme flotar en ti.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Crisis

Dicen que a los cuarenta años se entra en períodos sucesivos de crisis y, aunque no sea del todo cierto ( o al menos no lo he vivido así) sí que piensas más las cosas; cada asunto que se desarrolla a tu alrededor parece que focaliza toda tu atención y acaba siendo del interés más absoluto. Si hablamos de amigos/as, empiezas a preguntarte quiénes son los que verdaderamente están a las duras y a las maduras, si sigues pensando en por qué actúan los que te rodean de esta u otra manera, te vuelves casi obsesiva mirando con lupa si las actuaciones son las más acertadas... Pero dura poco. Un día te levantas y descubres que hay otro yo que está más escondido que nunca y que lucha por salir: te importas más tú, cambias tu escala de valores para quedarte con los primordiales, con los que te hacen sentir feliz, disfrutas de los buenos momentos, saboreas una sonrisa, unas palabras bien dichas, una ternura en un mal momento...
Si la crisis es ser más consciente de todo y sufrir menos ante lo que antes te vapuleaba, bienvenida sea. Una crisis es la antesala de una nueva vida.

martes, 2 de septiembre de 2008

Te marchaste..

Hoy es un día que recuerda la tristeza de haberte perdido, hoy es el día que me recuerda que la vida es breve y que no sabes cuándo pero puedes perderla sin haber vivido lo que deberías. Estuviste y te conocieron, te quisieron y te añoraron, te marchaste y dejaste a muchos de nosotros pensando que donde estés, si estás, nos mirarás y sonreirás, y si no estás ( porque es muy difícil creer cuando un joven que recién acaba de empezar a vivir tiene que irse de este mundo con sufrimiento, dolor y tristeza), igual te queremos y recordamos por lo que nos dijiste o por lo que nos abrazaste cuando necesitábamos consuelo o sonrisas.
Estarás por siempre en nuestro corazón.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Y sin embargo te quiero...

Y sin embargo, te quiero.
Por cómo me miras, por cómo eres cómplice de mis palabras no dichas y de mis suspiros no compartidos, por cómo caminas a mi sombra siendo tú mi sol, aunque nada sirva de nada.
Y sin embargo, te quiero.
Hasta cuando te odio y me decepciono, hasta cuando puñales salen de mi boca para asaltarte y hacerte huir, hasta cuando te doy la espalda queriéndote dar el alma.
Y sin embargo, te quiero.
Y sobre todo, por encima de todo, aún sabiendo que estás hoy pero quizás no mañana, aún escuchando a mi cabeza que todo es para nada y desoyendo al corazón que te perdona a diario, te quiero.
Desgraciadamente, te quiero.