martes, 9 de septiembre de 2008

Adiós

Adiós, le dijo,
mirándole a los ojos dulcemente,
adiós,
por los días azulados
por las sonrisas gratuitas
por las noches de charla
por los pasos que diste
por los susurros que me regalaste
por hacerme sentir que merezco un mundo.

Adiós, le dijo,
a tus palabras resonantes
a tus mullidos consuelos
a tus escarpadas ilusiones
que también fueron las mías
a tu infinita ternura
a tu vida
a la mía.

Adiós, le dije
adiós.

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