jueves, 31 de julio de 2008

Paseo entre mis recuerdos


El hirviente sol asomaba entre los árboles del paseo marítimo dejando caer un pesado calor que me dejaba casi sin respiración. Caminaba sorteando bancos, papeleras y jóvenes con bicicleta con una dificultad notable, porque con el agobio del bochorno de fuera y los lastres de mi espíritu chamuscado me hacían dar bandazos de un lado a otro como si caminase ebria y ausente. Pensaba en lo sucedido, en el desarrollo de una historia que acabó antes de empezar, en cada uno de los sentimientos que se despertaron y que se sofocaron y cuando llegué al término de los paseos real y virtual, me dediqué una sonrisa. Iría a tomar algo que refrescase mi alma y mi cuerpo.

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