Hoy hace calor, como en todo este mes, mi ciudad parece asediada por un sol que no quiere retirar sus rayos veraniegos y dar paso a los otoñales, ésos que son agradables en los días de frío, cuando los jerseys de cuello alto nos hacen carantoñas en el cuerpo. Probablemente se puede pensar que esta reflexión es producto de la inactividad, pero más bien es producto de que, en este tiempo tan especial, el calor me invade el cerebro y pone a recalentar neuronas. Para mí supone un momento de barbecho de algunas ideas y la pregerminación de otras nuevas, pero que, aunque las riegue a menudo, sólo germinan por dentro de la tierra y no sale ni un mísero tallo a la luz. Eso sí, sé que si tengo paciencia y me cuido con esmero, pronto saldré del bache...
Y mientras, el sol siempre burlón, sigue cruzando sus dedos a las espaldas asegurándome que pronto me dejará pensar...
2 comentarios:
La primavera está a la vuelta de la esquina y no me refiero a la estación, sino a la alegría y lo florido y el rocío y el céfiro. Un abrazo
Gracias,lo tendré en cuenta. Un abrazo
Publicar un comentario