Qué difícil entender la realidad, más aún, qué difícil es saber hasta qué punto es tal o simplemente es un puro adorno psicológico. Hoy debatíamos en clase de cómo los sentidos y la razón se enfrentaban en una cruel batalla por hacerse con el mando de la comprensión de las verdades del mundo, debatían acerca de cómo ellos "acusaban" a la otra de engañar y al revés, en definitiva, poníamos sobre la mesa el sempiterno problema del conocimiento de la realidad. Y algunos alumnos, en su propia comprensión de ésta, hablaban de distorsión e interpretación entre otros elementos . La pregunta que surgió después de aquello fue la siguiente: ¿interpretar o metamorfosear la realidad teniendo en cuenta nuestro bagaje afectivo, emocional, personal, psicológico, etc, hace que ésta sea menos real? Personalmente, la realidad, sea rosa o negra, sea grande o infinitamente limitada, inabarcable o interpretable, es mi realidad. Quizás vea oro donde sólo hay brillos u oscuridad donde debió haber un enorme sol, pero lo incomprensiblemente agradable de ella es que es mía y la vivo y la interpreto como quiero.
¡Que levante la mano quien no lo haga! ¡Nos perderíamos precisamente la mismísima realidad!
¡Que levante la mano quien no lo haga! ¡Nos perderíamos precisamente la mismísima realidad!
No hay comentarios:
Publicar un comentario