Hoy no suena el teléfono, no como quisiera que sonase, de forma atronadora, llamando a gritos mi atención para sonreír, para llorar, para amar... Y no suena, no quiere, está ahí, parado, comprometiéndome para que sea yo quien lo use por mí misma y no por otra persona, es absurda esta espera. Pero sé que si no lo cojo, mi mundo seguirá en paz.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario