sábado, 11 de octubre de 2008

Medio lleno

Hoy charlábamos de la importancia de ver la botella medio llena siempre y si está medio vacía, sea porque antes nos hemos tomado unas copas juntos para celebrar estar vivos y poder contar con quien tomarlas.
Cuando parece que el mundo se acaba, siempre hay algo que nos hace pensar que no todo es tan negro, que siempre hay una sonrisa cerca que te anima, que después de la tormenta, la calma se acerca, pero que si ésta no se busca, difícilmente se puede salir del torbellino, probablemente no se vea ni los rayos de sol saliendo por el horizonte.
Caer en la monotonía es ineludible, pero buscar lo que brilla en esa rutina es simplemente cosa nuestra, ver nuestro corazón medio lleno, no medio vacío como muchas personas que están pendientes de lo que no tienen, de lo que se supone que deberían merecer aún cuando esto no depende de ellas, sino del día a día, de la vida y de lo que nos rodea.
Carpe diem, amigos, carpe diem...¿Rematamos la botella?

2 comentarios:

Miguel dijo...

No hay nada que pensar ni de una forma o de otra, la botella siempre esta iguel (a la mitad) y la forma en la que la pienses no cambia.

Por eso odio que me digan que debo ser mas optimista, por ejemplo, cuando la realidad me pone en mi sitio cada día que pasa

Yo misma dijo...

Difiero de tu opinión,no es decirle a los demás que hay que ser optimista cuando la vida te pone retos difíciles, sino que la actitud al enfrentarse a ellos no debe ser nunca la de un perdedor. Esa era mi intención.Pero ser optimista o pesimista depende de lo que quieras o de cómo sea tu carácter.La realidad es también en parte lo que tú quieres que sea o como quieras verla.
Saludos.