Hoy he estado hablando con una amiga de lo que somos capaces de malear la vida a nuestro gusto cuando los sentimientos entran en acción. Maquillamos situaciones, enmascaramos emociones y al final, si el resultado no es el que nos parece aceptable a nivel íntimo, acabamos pensando que todo ha sido un malentendido, que no hemos interpretado las señales o simplemente, hemos echado demasiada carne en el asador. No hemos llegado a ninguna conclusión pero ¿quién entiende la razón cuando ésta se deja guiar por el corazón? Quizás malinterpretando ( o creyendo que lo hacemos) también vivimos a nuestro modo esas circunstancias que decía Ortega y Gasset que formaban parte de nuestro yo. No renuncio a mi modo de ver la vida, ni quiero hacerlo aunque me cueste más de un disgusto. Como dice esta amiga mía: Bueno o malo...¡Señal de que he vivido!.
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