Esta semana no ha sido una buena semana: por todos lados hacían agua las personas que estaban a mi alrededor, quizás es que el fatum del que hablaban los latinos se ha cebado en las gentes a las que quiero. Ha habido despedidas de amores que nunca lo fueron del todo, llegadas de enfermedades inesperadas y crueles, reflexiones incomprensibles acerca de si lo que sucede es por destino o porque las actuaciones precedentes han desembocado en este lamentable estado de ánimo. Sólo queda cerrarla, esperar a que lo que esté escondido florezca y apoyar, amar y olvidar según sea el caso. En definitiva, seguir viviendo con todo a cuestas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
eso no es fatum, es mala suerte...
Eso es lo que me pregunto, si será el destino o desgraciadamente es mala suerte, pero aunque no creo en él, a veces me planteo que por qué... en fin, como todos. Saludos
Publicar un comentario