El carácter del que tanto presumimos y al que tantas veces culpamos de nuestras actuaciones, es un marchamo que dicen que no conoceremos nunca en su totalidad, como si, al nacer, nos fuéramos desligando de él hasta que un día empieza a trabajar por ti, te suplanta, te posee, no podrás nunca malearlo a gusto. "Las personas no cambian" te dicen los que, sabiendo que tienen un defecto notorio, se escudan en el suyo propio para no tener que rendirle cuentas a nadie, y así pasamos la vida alimentando un alter ego que se acomoda en nuestro interior para convertirse en un alien, indescriptiblemente misterioso,presto a salir, absurdamente nosotros mismos.
En fin, supongo que tendré que dejar de hilar pensamientos absurdos. La imaginación planea desde mi azotea.
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