Hablaba hoy con un amigo sobre las fronteras que establecemos en las relaciones: él sostenía que le gustaba flirtear pero sin ir a más y yo le decía que siempre que no hubiese un juego exagerado, estupendo, pero que como flirtear a veces implicaba que no se conoce a la persona "flirteada" igual acababa siendo una ruleta rusa emocional para ella. Decía que quizás lo mejor era no pensar y no dudo de que pueda tener razón, pero no compartía mucho sus argumentos; a veces, cuando se conoce a una persona jugar y rebasar los límites es el motivo de que muchas personas sufran en silencio amores ocultos y desgraciados. No me entendió, pero no importa. Sé de lo que hablo. Flirtear para mí no es un juego posible en algunas relaciones.
domingo, 1 de marzo de 2009
miércoles, 25 de febrero de 2009
Claroscuros
Andaba hoy hablando con un amigo de cómo la cabeza dice cosas y el cuerpo hace otras, sin embargo, hay como un "curriculum oculto" dentro que aflora en los momentos que menos lo esperamos: descubrimos sentimientos que no teníamos, hacemos cosas que nunca hubiéramos hecho y hasta nos enfrentamos a situaciones que creíamos que nunca podríamos superar. Es quizás lo que más me asombra de mí misma, cómo aún siendo la misma persona, no siempre actuo igual; tengo en cuenta las opiniones de los demás, pero para asuntos del corazón, voy por libre. Hago una lista inmensa de cosas importantes en las que no debo caer y cuando menos me lo espero, voy del tirón a lo más profundo del pozo, así que acabo hundida en la miseria o muchas otras veces, elevada sobre las nubes, para descubrir en mí una nueva faceta, una nueva cara. Lo mejor es no pensarlo y sorprenderme cada día con los nuevos tonos de mi vida. La vida se convierte en más emocionante.
martes, 24 de febrero de 2009
Vergüenza
Acabo de terminar de leer la trilogía de Primo Levi sobre Auschwitz, tres obras que versan sobre sus vivencias y reflexiones cuando estuvo allí como preso judío. Me ha hecho pensar sobre la maldad, la inconsciencia y la lucha del hombre por seguir siendo hombre. Y esta entrada responde a las conclusiones a las que he llegado, no porque yo haya vivido esta situación sino porque no quiero que se repita, no tiene sentido que el hombre sea un lobo para el hombre y lo despedace, lo destruya, lo haga simplemente nada. He sentido una pena intensa saber que lo de menos era que te gasearan e incineraran, lo peor, sin duda, era que los destrozaban antes, los dejaban insensibles, opacos, vacíos. La mejor suerte en aquellos momentos era morirse sin más, no pasar por el escarnio público de la desnudez para la selección, ni por los golpes y maltratos, ni siquiera el hambre absoluta que les proporcionaba sueños de nostalgia, de melancolía y de una pena absoluta. Pensé que si alguien quería dejar al hombre sin sus cualidades que lo hacen ser tal, nunca lo haría tan bien y de forma tan metódica como los que participaron en aquella masacre, en aquella hecatombre, en aquel sin sentido. Y me quedo perpleja cuando Levi dice que se siente culpable: culpable de no intentar que sus compañeros de barracón, de litera o de trabajo se agarrasen a su condición humana y no sucumbiesen ante tales vejaciones, porque él, si no hubiese tenido suerte y algunas personas en esa vida que nunca podría olvidar, no hubiera sobrevivido. La incomunicación privó a muchos de ese pequeño enganche a la vida que queda cuando ya no queda nada. Si él se sintió culpable, ¿qué debemos sentir nosotros que permitimos que se sucedan tantas y tantas injusticias en este mundo? ¿y cuando privamos de ayuda? ¿y cuando no consolamos, no amamos, no acompañamos? Él al fin y al cabo estuvo sometido al maldito yugo de la miseria que poseía el "vencedor" , pero ¿y nosotros? ¿qué excusas tenemos?
Definitivamente, me ha abierto aún más la conciencia social y humana que desde siempre intenté cultivar. No tengo derecho a quejarme, la vida que me ha tocado en suerte es de agradecer. Y si pudiera, si lo tuviera cerca ( pero ya no es posible, porque dicen que murió por suicidio), sólo le abrazaría: en sus páginas descubrí que lo que más necesitaba en aquellos momentos era un abrazo cálido y unas palabras de aliento.
Siento vergüenza de lo que nos pasa por egoísmo, intolerancia, maldad...Siento vergüenza sólo de pensar que puedo poseer esa capacidad de llevar al hombre a su destrucción sin hacer nada por evitarlo.
Definitivamente, me ha abierto aún más la conciencia social y humana que desde siempre intenté cultivar. No tengo derecho a quejarme, la vida que me ha tocado en suerte es de agradecer. Y si pudiera, si lo tuviera cerca ( pero ya no es posible, porque dicen que murió por suicidio), sólo le abrazaría: en sus páginas descubrí que lo que más necesitaba en aquellos momentos era un abrazo cálido y unas palabras de aliento.
Siento vergüenza de lo que nos pasa por egoísmo, intolerancia, maldad...Siento vergüenza sólo de pensar que puedo poseer esa capacidad de llevar al hombre a su destrucción sin hacer nada por evitarlo.
sábado, 21 de febrero de 2009
Pasos
Estar sin estar, caminar paseando por el sendero de la vida, mirar hacia atrás sólo para coger impulso y correr, comprobar cómo los colores del cielo se vuelven tornasolados después de un día de lluvia, hacer de mi alrededor un jardín de flores y oler sus esencias frescas, ligeras y suaves, mirar hacia dentro para ver lo de fuera, descansar... Susurrar a quien quiera oírme que mis pasos, por callados que sean, hacen ruido en el alma de alguien, y soy importante para quien me escuche.
No hay más que hablar, recojo mis bártulos y salgo a la calle a ver la luz del sol. Igual lo que necesito es un nuevo aire.
No hay más que hablar, recojo mis bártulos y salgo a la calle a ver la luz del sol. Igual lo que necesito es un nuevo aire.
sábado, 14 de febrero de 2009
Sin oidos
¿Estás ahí? ¿ me oyes? ¿sabes lo que quiero decirte sin palabras? ¿ te escondes para no oirlo o porque no sabes qué responder? ¿ sientes el sonido de mi voz oculto en tu interior o apenas oyes nada porque nunca escuchaste? ¿ qué te pasa? ¿de qué sirven tantos arrullos si luego cuando estamos cerca sales de mi vida con la premura con la que entraste? ¿ no quieres oirme todavía no? ¿ sigues tu camino? ¿ no ves que no es el mío? ¿ sales por fin? ¿ o quizás quieres entrar y no sabes cómo? ¿no pretenderás que yo te guíe si permaneces a la sombra de mis palabras? ¿ o nunca quisiste un guía?¿quizás a lo mejor una luz? ¿cuál? ¿ la de mis emociones? ¿ las de mis lágrimas? ¿no lo harás para siempre, verdad? ¿dejarás que siempre me cuestione todo?¿ y si se me acaban las preguntas? ¿y si nunca obtengo respuestas y por ello se agota mi capacidad de interrogarme por ti? ¿ saldrás así? ¿triunfante? ¿apagado? ¿quieres que termine? ¡Está bien! Hasta los mismos interrogantes acerca de la vida tienen la muerte como fin. Mejor sin palabras. Mejor sin oidos.
martes, 10 de febrero de 2009
Sueños
La conversación de hoy ha versado sobre los sueños. Éstos a veces se nos muestran tan reales que nos empeñamos en verlos como cotidianos y vitales, sin darnos cuenta de que cuando los llamamos así los teñimos de fantasía, de irrealidad, de imposibilidad...Cuando dormimos, imaginamos cosas que nos suceden con la misma vivacidad que cuando estamos despiertos y hay ocasiones en que al despertarnos, las incluimos en nuestro acervo vital, creemos realmente que han sucedido o que quizás nos van a pasar, tenemos la esperanza de que si son hermosas, un día todo acabará siendo como lo soñaste. A lo mejor es inocencia o resquicios de aquella niñez en la que creíamos que podía suceder todo, pero lo que es cierto es que cuando me levanto después de un sueño bonito, mi mundo es del color más agradable que puedo imaginar y con eso me basta. Conservo así la misma ilusión y el mismo brillo en mis ojos que cuando leía un cuento con final feliz.
lunes, 9 de febrero de 2009
Después de la tempestad.
Después de la tempestad llega la calma y con ella el silencio. Quizás, después de una tormenta se agradezca escuchar sólo las notas afónicas de la soledad, sin embargo, a veces, éstas están llenas de sonidos productos del bamboleo exagerado del corazón, de agarrarse con fuerza a las emociones , de guardar el equilibrio en definitiva. Y hasta que todo se apaga, hasta que no se oye más que la respiración de una misma, pasa un tiempo de apatía y de desasosiego por la tranquilidad aparente.
Al fin,un día, cuando menos se espera, un rayo de luz da certero en los ojos cerrados, produciéndose una luz rojiza en el interior del párpado y una suave sensación de tibia quietud. Se abren, se mira descolocada lo que está alrededor y una sonrisa aflora a los labios. Entonces sí que ha llegado la calma, es el momento de soltar las velas y dejar que el viento de la vida nos lleve donde le parezca oportuno...
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