viernes, 23 de enero de 2009

Depende...

¿Realmente las cosas son como muchos nos las pintan o realmente el valor reside en lo que desgranamos desde nuestra existencia? La conversación de hoy ha devenido en una acalorada discusión alineada en dos sentidos: estaba quien convencidísimo hablaba de que tendemos a llevar al extremo lo que sentimos para convertirlo en un problema personal de la categoría máxima cuando hay cosas mucho más importantes alrededor y por otro lado, estábamos los que pensábamos que qué más da que sea un suspiro, si lo importante es que las situaciones que vives son tus situaciones, las que te tocan, las que te hunden o las que te elevan. Yo defendía claramente esta opción: nadie está capacitado para valorar lo que siento o dejo de sentir metiéndolo en el compartimento de problema de menos importancia, éstos son los MIOS y sólo yo los catalogo donde quiero y como quiero. Es igual si se trata de dónde pongo un objeto, en mi mueble o bajo él, si para mí supone un reto, una dificultad o simplemente algo por lo que debo pasar, mis amigos deberían entenderme aunque no lo compartan. Porque igual acabo llorando porque al colocar en mi vida un elemento, los demás se me descolocan y eso sólo me duele a mí. El dolor no tiene el color del que lo mira, sino del que lo siente...

lunes, 19 de enero de 2009

Realidad

Qué difícil entender la realidad, más aún, qué difícil es saber hasta qué punto es tal o simplemente es un puro adorno psicológico. Hoy debatíamos en clase de cómo los sentidos y la razón se enfrentaban en una cruel batalla por hacerse con el mando de la comprensión de las verdades del mundo, debatían acerca de cómo ellos "acusaban" a la otra de engañar y al revés, en definitiva, poníamos sobre la mesa el sempiterno problema del conocimiento de la realidad. Y algunos alumnos, en su propia comprensión de ésta, hablaban de distorsión e interpretación entre otros elementos . La pregunta que surgió después de aquello fue la siguiente: ¿interpretar o metamorfosear la realidad teniendo en cuenta nuestro bagaje afectivo, emocional, personal, psicológico, etc, hace que ésta sea menos real? Personalmente, la realidad, sea rosa o negra, sea grande o infinitamente limitada, inabarcable o interpretable, es mi realidad. Quizás vea oro donde sólo hay brillos u oscuridad donde debió haber un enorme sol, pero lo incomprensiblemente agradable de ella es que es mía y la vivo y la interpreto como quiero.
¡Que levante la mano quien no lo haga! ¡Nos perderíamos precisamente la mismísima realidad!

sábado, 17 de enero de 2009

Orientación.

Cuando no se puede atender a todo lo que nos preocupa, mejor dar prioridad a lo que se cree más urgente para pasar a lo más importante, la inactividad por bloqueo no tiene cabida, porque comenzar a caminar es empezar a descartar problemas y, apartándolos, quizás se vea mejor por dónde ir. Se puede tener la solución en la frente, pero si está turbia la cabeza, rara vez se acierta a continuar por donde se debe, o por donde se quiere, o por donde nos dejan. Y así, cada día que pasa, se encuentra una poco a poco consigo misma y se reaviva, se anima a percibir cada cosa como un paso más en la vida, realizamos, pues, las tareas cotidianas
.
Es un itinerario sin fijar que alineamos para no perdernos. Simplemente, significa eso, no desorientarse y buscar las metas que se asemejan a la felicidad.

martes, 13 de enero de 2009

Un día de frío.

Llueve. Caen gotas heladas en las caras semiocultas de los viandantes, les deja helados los corazones, corren a una cita que no tienen o quizás, van al refugio seguro de su tibio hogar. Yo les veo encogidos, como plegados bajo sus abrigos, con las caras rojizas por el frío y la mirada torva, y percibo un frío que no puedo sentir porque estoy a cubierto. Sin embargo, parece que voy con la misma rapidez que ellos, incluso si me paro a escuchar, oigo hasta mis pasos en la acera.
No tengo prisa y no obstante, corro con ellos.
Así en la vida, que corremos hacia un sitio indefinido con un paso sigilosamente silencioso.

martes, 6 de enero de 2009

Retazos del pasado.

El recuerdo pasa y se atenúa, pero siempre sigue ahí, cercándonos a veces con la mirada distraida de quien parece que no se fija en los pasos del otro, pero celoso y desconfiado hasta cuenta las baldosas que se pisan. Permanece agazapado como un animal presto a atacar y se le teme no por lo que hace, sino por lo que podría hacer y cuando menos se espera, ataca el pensamiento más apacible dejándolo nervioso y abatido en un mar de dudas, -pude haber hecho tal cosa-, -pude haber sido más cauta-, -no te dejes, que viene con dardos en las manos-... Al final, acabamos cayendo en sus redes y todo se torna del color de ese recuerdo, hasta que vuelve a apaciguarse y acaba doblado en cualquier estantería del corazón.
Simplemente, la vida está hecha de retazos del pasado envueltos en colores del presente y lazos de futuro. Dejarlo atrás es una opción, pero arrastrarlo es quizás la más pesada y amada carga que todos aguantamos en algún momento de nuestra vida.

sábado, 3 de enero de 2009

Se extraña...

Se extraña el color, el olor, las palabras, el suave tintineo de su risa, las caricias de unas miradas alegres hasta el ruido de su aire por los aires. Pero el tiempo pasa y las cicatrices se cierran con una pacífica tranquilidad y empiezan las neuronas a digerir que se vivió lo alegre de las situaciones con la misma intensidad que la pena de perderlas y que los minutos callados son los únicos buenos consejeros porque apaciguan con su pasar el llanto más apenado.
Se echa de menos con la misma fuerza que a veces se echa de más, así que solo hay que dejar que las situaciones se desenvuelvan, que el azar se apodere de ellas y que una se siente a contemplar la vida desde una posición holgada.